De Mollipongo al Andes Grill delivery
“Eres de la familia”, le repitieron tantas veces sus empleadores a Arminda, que terminó por creerlo. Lavó, limpió, cocinó, cuidó, sin recibir un salario. El día en que decidió irse, sin ahorros, sin beneficios, se dio cuenta de que una trabajadora del hogar difícilmente deja de ser una extraña, alguien de paso, alguien reemplazable. Arminda…










