SEXY 6/9
Estudió sociología y en el camino se topó con la posibilidad de ser promotora de ventas de un sex shop ¿Cómo se venden y quiénes compran juguetes sexuales en una sociedad a la que le espanta la palabra sexo?
Mientras hacía mi tesis, que trataba a grandes rasgos sobre las relaciones sexuales en La Paz, me topé con Sacred Sex: un sex shop con envíos a toda Bolivia creado por dos cochabambinas -Stephany Cabrerizo Uzin y Kimberly Gonzales Mendez- que durante años pusieron alma vida y corazón para salir adelante. Y no sólo eso, sino que crearon un lugar donde se promueve la educación sexual y, en vez de tener una tienda, se vende online por catálogo a partir del sitio web y de quienes trabajan como promotores.
Cuando conocí a Stephany, me propuso ser promotora. La cuestión era simplemente unirse al grupo e intentar vender los productos. Por curiosa entré, aunque sin moverme para iniciar las ventas. Después de titularme intenté conseguir trabajo como socióloga y si bien alguito surgió por ahí, no tenía nada estable. Luego comencé a convivir con mi pareja, nació nuestra bebita y Sacred devino en oportunidad perfecta para poder generar dinero sin tener un horario fijo.
Después de titularme intenté conseguir trabajo como socióloga y si bien alguito surgió por ahí, no tenía nada estable. Luego comencé a convivir con mi pareja, nació nuestra bebita y Sacred devino en oportunidad perfecta para poder generar dinero sin tener un horario fijo.
Comencé poniendo el catálogo en redes. Mis amigas eran las más interesadas en preguntar y en reír con los nombres de los productos: “Mini Tiburonsín”, “Manos Libres”, “Pachanguero” y “Revolution”. Pero no fue hasta carnavales que el mercado se abrió. Para la fiesta de comadres saqué el anuncio: “Regala algo único a esa comadre tan especial. Tenemos todo tipo de juguetes sexuales. Los vibradores de más avanzada tecnología, succionadores, bolas Kegel, etc.” Y por algún mágico descuido, mi anuncio fue publicado en Marketplace de Facebook (ya que normalmente la red bloquea cualquier anuncio con contenido sexual), de modo que al cabo de tres días tenía más de 200 mensajes de personas tan sólo en La Paz preguntando por el catálogo.
Después de que me di a conocer con ese suceso todo fue más simple. En el último mes la demanda ha bajado, pero incluso hasta bien entrada la cuarentena era común recibir a diario mensajes de nuevos clientes preguntando por el catálogo y hasta ahora sigue siendo mi principal fuente de ingresos. No será mucho, pero paga las cuentas y los pañales.
(…) hasta bien entrada la cuarentena era común recibir a diario mensajes de nuevos clientes preguntando por el catálogo y hasta ahora sigue siendo mi principal fuente de ingresos.
¿Y cómo es trabajar en un sex shop? Pues… comencemos por los productos. Seguro la primera imagen que se les viene a la cabeza es un objeto que aparenta ser el miembro sexual masculino. Si hablamos de tal objeto sin vibración estamos hablando de lo que se llama dildo o consolador, y si este incluye vibración se trata de, precisamente, un vibrador. En Sacred sólo vendemos los del segundo tipo y la mayoría no son como imaginan. Son de distintos colores, formas y tamaños y tan sólo algunos tienen ese aspecto realista ya que los de más avanzada tecnología, que son los que se busca tener en stock, tienen otro aspecto. El Molly, por ejemplo, uno de los más vendidos, es totalmente fucsia, tiene un movimiento de rotación y también una especie de bracito hecho para estimular ese timbre femenino cuyo nombre comienza con “c” y que incluso hoy en día muchas personas ni siquiera saben que existe.
El Molly, por ejemplo, uno de los más vendidos, es totalmente fucsia, tiene un movimiento de rotación y también una especie de bracito hecho para estimular ese timbre femenino cuyo nombre comienza con “c” y que incluso hoy en día muchas personas ni siquiera saben que existe.
Aparte de los vibradores, que son los juguetes más conocidos, también se venden succionadores, anillos, extensores, artefactos para BDSM, lubricantes, juguetes que funcionan a larga distancia mediante una aplicación del celular y straps. Así como también, herramientas para la salud sexual como las bolas Kegel para las mujeres y las bombas Hidromax para los hombres. Probablemente muchos de ustedes no sepan qué funciones cumplen la mayoría de estos productos. Si quieren saber qué son y qué maravillas hacen tendrán que entrar a la tienda. Podría explicar aquí a detalle las características de cada producto, pero quizás sea mejor andar con pasos pequeños porque lo cierto es que nuestra sociedad parece no estar aún preparada para abrirse a estos temas.
Se preguntarán ahora quiénes compran estas cosas y la verdad es que cualquiera. Cualquiera que disponga del dinero, al menos, ya que el producto más barato cuesta alrededor de 100 Bs. y los más caros cuestan más de 1000. He tenido muchísimos clientes de El Alto, algunos de la zona sur, otros en villas, en el centro… Mujeres y hombres, jóvenes estudiantes, personas casadas, solteras, comerciantes, oficinistas… Los hombres y quienes son más jóvenes te hablan más abiertamente mientras que las personas más adultas suelen ser algo más reservadas, piden que la entrega sea discreta y cosas así. También me han escrito varias chicas que no tenían dinero para comprar nada, y sin embargo aprovechaban para hacerme montón de preguntas sobre salud y educación sexual. “Perdón que te siga molestando, es que no puedo hablar de esto con nadie más” me decían.
También me han escrito varias chicas que no tenían dinero para comprar nada, y sin embargo aprovechaban para hacerme montón de preguntas sobre salud y educación sexual. “Perdón que te siga molestando, es que no puedo hablar de esto con nadie más” me decían.
Trabajar en Sacred Sex ha sido toooda una experiencia. Gratificante en general, divertida y llena de aprendizajes. Me ha permitido también romper con varios prejuicios sobre el sexo que, incluso siendo una persona super “abierta”, yo misma tenía. Pero ese será un tema para otra ocasión.